martes, 24 de enero de 2012

RESEÑA BREVE AL ESPECTÁCULO "CABARET POÉTICO"

Reseña al espectáculo: “Cabaret Poético”, montado por las poetas Maya Lima, Tania Espinosa de la Garza, Viviana Castillo y Carmen Saavedra.-

Poner en marcha el cabaret poético, requiere un doble dominio: de contenidos y  de medios para transmitirlos. Todo puede fallar pero no el Cabaret. Es como la música en vivo.  Aquí  como en pocos géneros, se hace verdad aquello de que la forma, es fondo. A toda mujer le es grato el efecto que una forma bella despierta en las emociones, cuántas veces oímos decir a las niñas con cierto rubor que se les están formando las “bubis”, una mujer llegada al punto de su madurez refleja esta sabiduría, para qué negarlo es una forma de inteligencia sexual y sensual, pero asumirlo al más alto nivel, ya es otra cosa: supone estar por encima de ello, haberlo, no sólo sentido, sino además padecido, haberlo pensado en suma, y ésta es misión de artistas.

Maya Lima, Tania Espinosa de la Garza, Viviana Castillo y Carmen Saavedra, poetas de buen ver y distinguir, lo intentan ante un público exigente, -habría que decir, pesado- como el reunido en el Café Cultural El Templo, la noche del pasado sábado 3 de diciembre. Ahí estoy yo, con mi gabán de académico. Lo que pretenden las poetas es romper paradigmas. Quiero pensar que las chicas y yo nos entendemos bien, así que me dispongo a observar qué ocurre con la puesta en escena del anunciado CABARET POÉTICO, comentado en Mesa Redonda en el World Festival of Poetry en Isla Mujeres. Me está claro, pues, en esta noche de diciembre, lo que es el Cabaret, mas lo que nunca creí es que con mi trato académico fuera a ocurrirme algo inesperado. Me involucré, se los confieso amigos, pensé que lo había visto todo, y vaya si me faltaba a mí también aprender algo de la emoción que el espectáculo dibujaba en el aire. Ver salir a Maya Lima con una indumentaria de policía, ¡qué policía, que se resuelve en poesía!, “Al cerrar los ojos/ imito tu voz de piel,/ rozo mi pezón asombrado,/ exploro cada uno de mis labios,/ corre sal y los muslos bailan./ El luto continúa, pierdo lo mío/ y deletreo carcajadas/ por el placer que aún me niegas”.

Viviana Castillo con aquel emplumado de color de rosa ganó vivas miradas, presta por un instante su voz a la Cantina y la descifra: “Madrugada que se nos cae encima, adolorida./ Soledades que se suman a la mía, tejidas… Se bordan poemas con cabello enmarañado de deseo”.

Tania Espinosa de la Garza se hace eco de la denuncia: “Tengo que tragarte/ digerirte/ a ti/ con tu mundus alas/a ti/ más alta que yo o más baja/a ti/ desde tu ausencia,/ a ti/ desde tu génesis de la nada/ a ti/ y a tu infinito/ en donde se derraman las mil y una historias/ porque sumergirme en tus profundidades/ me hace ubicua y eterna.// Somos la epístola de una historia sin tiempo./ Nos derramamos completas/ desde nuestra cama hasta el alma/ desde el alma hasta las letras/ desde las letras hasta el corazón”. Ella está en el mejor momento que tienen los humanos, y mejor aún, las humanas, de equilibrar materia y energía;  Carmen a contrapelo de una silla, donde dice verdades, es el reclamo que sabe a dulzura y trasciende en enseñanza que los varones bien que comprenden, sin puntos ni comas. Como dice la banda en la carretera:  “Te vienes o me voy”  y además y por encima de todo, la poca ropa. ¡Bueno, la que se armó! Ahí surgió la magia que sólo las poetas saben brindar, por una noche loca de Cabaret que redime la sexualidad de la “primera llamada”, o nivel físico, y la remite al candor de la segunda Enseñanza, y la tercera, y la cuarta…!


No hay comentarios:

Publicar un comentario